Decidí escribir sobre la anorexia debido a una entrevista que vi en un programa a una joven que sufre esta enfermedad. Denisse Fuentes decidió dar a conocer su caso a travez de un libro llamado La dieta de la muerte, donde cuenta el martirio de vivir bajo la presión de ser delgada y mirarte al espejo viendote aun gorda.
Ya otra víctima de la anorexia se había atrevido anteriormente a dejar estampada en papel su historia. Abzurdah es el testimonio de la argentina Cielo Latini, quien plasmó su experiencia frente al vicio de ser flaca.
Han habido muertes. Una adolescente de 17 años, Andrea Carrió, dejó de luchar debido a que la sociedad cree que la belleza está en una talla 34 o 36, sea cual sea tu porte, que luces sexy cuando se marcan los huesos en la piel. Y es que las personas han contribuido a que la belleza de la delgadez sea superior a la de las curvas, llevando a una juventud que desea atención y aceptación a bajar de peso sin control.
Las personas no se imaginan lo común de esta enfermedad. Vi un sitio web donde aparece un artículo del libro La dieta de la muerte y existen muchos comentarios de jóvenes chilenas que dicen tener la enfermedad, o incluso q no les importaría llegar a tener anorexia con tal de que
esa "guata horrible" se borre de su cuerpo.
Es una situación preocupante, pensando en que todavía, pese a todas estos gritos de auxilio, no se hace mucho por ayudar. Es sólo ver televisión y escuchar comentarios donde se dice que tal o cual modelo está gorda, siendo totalmente esbelta. Me pregunto como se sentirán esas niñas que desean salir de la anorexia y se encuentran con la barrera de que no serán socialmente aceptadas porque no se ven raquíticas.
El Gobierno tampoco se aproxima a buscar una solución, no creo que haciendo pequeñas campañas, ni diciendo que la anorexia y la bulimia están mal y que apoyar el valor de quienes quieren salir adelante, sea lo suficiente. Denisse dio un gran paso al dirigirse a la presidenta Bachelet y enviarle su libro, exigiéndole que debe hacer algo para que esta enfermedad sea combatida en Chile. La misma autora del libro La dieta de la muerte aclaró que en el país no hay clínicas especializadas para tratar los trastornos alimenticios, lo que hace mucha falta, ya que sigue aumentando la cifra de adolescentes con este tipo de enfermedades y hay que hacer algo para que puedan enfrentar el mundo tal y como son.